Para una mejor relación con una misma
No hay que olvidar poner nuestras necesidades en primer lugar, ni las cosas que podrían parecer simples. Dedicar una hora en el día, por lo menos, para hacer algo sólo para una misma; ya sea leer un libro o tomarse el tiempo para preparar una deliciosa comida. Tampoco hay que olvidar dormir y comer bien, tomar agua y hacer ejercicio. Las necesidades básicas se llaman «básicas» porque lo son.
Descansar (en general, pero también del mundo, de la rutina) es necesario. La soledad es importante. Aprender a meditar o únicamente a relajarse y concentrarse en el ahora, para dejar la negatividad de lado y poder llenarse de salud mental. También se debe dejar ir la necesidad de perfección. Es muy fácil ser nuestros propios enemigos. Ser perfeccionista puede interponerse en una buena relación con uno mismo. Nos impide ver y revisar nuestros éxitos personales y nos puede impedir sentirnos satisfechas con cómo nos vemos: no es posible tener una buena relación contigo misma si vas a estar criticando cada cosa que haces o eres. Se debe aprender a estar feliz y satisfecha con lo que nacimos y con lo que nos hemos vuelto. Esto quiere decir que está bien aceptar los fracasos, aprender de ellos y adoptarlos como parte de nosotros. Los fracasos pueden ser logros si aprendemos a verlos así.
Podría parecer que todo lo que nos rodea, la publicidad, las imágenes en revistas o fotografías en internet, está ahí para hacernos sentir inconformes con lo que somos, o mejor dicho, con lo que no somos. La verdad es que es más fácil amarse y aceptarse a una misma de lo que nos hicieron creer. Sólo hay que aprender a ver(se) y a concentrarse en lo que realmente importa.