Alimentación consciente
Alimentación consciente es un término que surgió hace relativamente poco tiempo y que implica no sólo que los alimentos sean saludables sino que nos relacionemos de manera más plena con todo el proceso de selección, ingesta y digestión de nuestra comida.
La también llamada mindfoodness abarca desde reconocer y agradecer que tenemos acceso a un plato de comida con ingredientes que elegimos libremente, así como el cuidado del ambiente en el que se come y, claro está, de la actitud con que degustamos los platillos. Un alimento que consideramos como una bendición nos nutre a múltiples niveles, mientras que uno que consumimos con una actitud de densidad o de sufrimiento puede ser hasta perjudicial, aunque sea de óptima calidad. El cuerpo tiene poca disposición para recibirlo y los químicos que ese malestar genera internamente contaminan nuestro proceso digestivo. De ahí que muchas veces las dietas no sean eficaces, pues bajan la frecuencia vibracional de la persona.
En esta filosofía, cada bocado se aprecia por sus cualidades de tamaño, olor, textura, temperatura y sabor y no se ingiere sólo como un acto reflejo, compulsivo, de imitación o con la idea de llenar un hueco.
Comer conscientemente requiere de cultivar la escucha interna. Cuando una persona se propone alimentarse conscientemente manifiesta un acto de amor propio que le permite elevar su consciencia al ejercitar cualidades meditativas y de disposición al autoconocimiento que no sólo se relacionan con la comida sino con los propios hábitos de vida en general.
Así, el gran objetivo de la alimentación consciente es el desarrollo espiritual, ya que la armonía entre nuestro sistema de creencias y el disfrute de la comida al 100% implica amor y aceptación propios, al brindarle al cuerpo aquello que le genera equilibrio y bienestar.
Esto nos permite tener día con día la energía suficiente y una sensación de comodidad en los sistemas digestivo y nervioso para sacarle el mayor jugo posible al momento presente.