Cinco principios de Basura Cero
Si nos viéramos obligados a almacenar en nuestra casa toda la basura que producimos durante un año, la repercusión en nuestros hábitos de vida sería inevitable. Considera qué harías con la media tonelada que en promedio cada ciudadano suma, entre los empaques que envuelven los productos que adquieres, las bolsas desechables que usas para transportarlos, los materiales publicitarios, etc. Seguramente cada quien reflexionaría sobre el propio estilo de vida y la huella que dejará nuestro paso por el mundo.
Una imagen muy clara es pensar en el enorme porcentaje de ese volumen que son plásticos que sobrevivirán en este planeta por múltiples generaciones después de la descomposición de nuestro propio cuerpo. ¿Te imaginas? Si la Malinche hubiera usado toallas higiénicas desechables para su menstruación, aún ahora las encontraríamos como vestigios de la Conquista…
Las estrategias que formulemos a nivel personal para reducir la generación de contaminantes, siendo conscientes de nuestro consumo, evaluando el impacto ecológico de cada producto en nuestra casa y en nuestra vida cotidiana y maximizando el uso que le damos, nos permitirán actuar localmente para tener un impacto positivo globalmente.
La filosofía de Basura Cero va ganando terreno como un modo de vida minimalista y sostenible, en pro de una mayor calidad de vida, una mejor salud y un necesario equilibrio en el entorno ecológico. Consiste en limitar nuestras posesiones a lo estrictamente indispensable, potenciando la vida útil de cada objeto; producir nuestros alimentos, incentivando el consumo orgánico, autónomo y local; compostar todos nuestros desechos orgánicos y evitar todo tipo de desperdicio. Subraya que erradicar la producción de desechos efímeros es más urgente que pretender gestionar su reuso o su reciclaje.
Cinco principios de “Basura Cero”
1. Rechazar: rechaza comprar productos con envolturas.
2. Reducir: no compres cosas que no necesites realmente.
3. Reusar: compra mercaderías usadas y productos reutilizables como botellas de agua de acero.
4. Haz compost: en peso, hasta el 80% de los residuos domésticos es materia orgánica. Debidamente procesada, la materia se convierte en alimento para la tierra; por el contrario, si se vierte indiscriminadamente en los basureros, contamina la tierra, generando además focos de suciedad, plagas y enfermedades.
5. Recicla: no es una medida prioritaria, porque reciclar requiere de energía y de recursos, pero recurrir al reciclaje representa una mejor opción que enviar cosas al basurero.