Cuida tu vagina
Hazle caso a tu vagina.
Muchas veces sobreprotegemos a nuestra vulva y a nuestra vagina, buscando que sea la más bonita y la más limpia, ante nuestros ojos y olfato. Se nos olvida que la naturaleza es sabia y que por alguna razón, le ha dado a nuestro cuerpo determinada forma, tamaño, color y olor. Todo está ahí por algo, y quizá debamos aprender a respetarla y no modificarla de una manera tan agresiva.
La dinámica diaria ha hecho presa a nuestro descanso de pequeños ratos de ocio, que se vuelven más pequeños al dedicarle mucho tiempo al cuidado vaginal. Te recomendamos algunas actividades diarias que harán que no sometas a un tratamiento exhaustivo el templo de tu cuerpo y te relajes un poco.
Hidrata tu cuerpo: Si, el agua es oro para tu cuerpo. No olvides tomar agua suficiente durante el día, comer frutas con mucho jugo y en temporada; báñate y al llegar a tu vulva no la atormentes con tanto producto desodorante, al hacerlo constantemente, eliminas bacterias buenas y dañas tu flora vaginal. Si son necesarios, o sea bajo prescripción médica, mezcla estos productos con agua, nunca directamente en tu vulva o en la vagina. Una vagina seca es más propensa a infecciones. Relájate y deja que el agua haga su trabajo.
Uso de Ropa interior: Seguramente todo mundo te ha dicho que es difícil equilibrar entre comodidad higiene y sensualidad, pero no es así. Casi todas las marcas de ropa interior ya son conscientes que las prendas 100% algodón son las mejores para tu vulva y tu vagina. Lo mejor de todo es que ya hay marcas que son de este material ecológico y orgánico, es decir, no dañan al medio ambiente. Sólo es cuestión de buscar opciones. Si vas a la playa, evita permanecer mucho tiempo con el traje de baño húmedo. No uses tu ropa interior ajustada, literal: deja que tu vagina respire.
¿Rasurar o depilar? No consideramos que sea algo bueno para ninguna persona. El vello púbico está ahí por algo o si no, no lo estaría: La naturaleza es sabia. Amortigua y cuida esta parte tan importante de ti, además, tus fluidos y sudor mezclados con el vello, generan feromonas que despiertan el interés sexual y la excitación; es decir: Te vuelve atractiva sexualmente. Si lo consideras necesario o simplemente no te gusta que el vello esté muy largo, te recomendamos la vieja técnica del recorte. Dale forma, es preferible a tener consecuencias desde una irritación, una alergia o la propagación de infecciones.
Activa tu vagina: Haz ejercicio y ten actividad sexual. Recuerda que el movimiento hace que gastes energía y mejores tu flujo sanguíneo. Lo mismo sucede con el sexo. Cuidar tu vagina tanto como tu rostro, tu cabello o tu figura, es elemental. Trabaja tu zona pélvica, ya sea en un paseo en bici, haciendo ejercicios de Kegel o tomando el control en el acto sexual.
Aliméntate sanamente. Si, parece anuncio publicitario. Comer frutas y verduras, consumir ajo, arándanos, yogurt, semillas y nueces, hacen que tus niveles de Ph se equilibren y mejoran las funciones de todos tus órganos. La visita a un nutriólogo hará tu vida más fácil. No dejes de comer, no te saltes comidas, no hagas algo que le funcione a alguien más. Tu cuerpo reacciona de manera propia. Sólo un especialista te dará la mejor guía.
Visita a tu ginecólogo. Si huele mal, se siente mal y se ve mal: No está bien. Estos son tres factores para determinar que algo no está funcionando bien. Si no te sientes bien consultando con un médico hombre busca a una mujer especialista: la camaradería podrá formar parte de tu proceso de aprendizaje sobre tu cuerpo. Haz de tu visita al especialista, parte de tu canasta básica.
Piérdele el miedo a tu cuerpo y descúbrelo.