Las copas menstruales están cambiando vidas en África
Actualmente, muchas mujeres utilizan métodos improvisados, como hojas, periódico, algodón, pedazos de colchón o incluso barro. Por supuesto que estos métodos no funcionan, causan infecciones y provocan muchísima incomodidad por llevarlos puestos durante las actividades diarias.
Es por esto que muchas jóvenes estudiantes pierden en promedio 4.9 días escolares al mes debido a la menstruación. Esto se traduce en un 20% de absentismo escolar al año, aproximadamente.
Las copas menstruales, entonces, son una gran solución ante estos problemas —escolares, de salud y económicos. Las estudiantes pueden asistir al colegio todos los días, sin manchas, sin burlas de sus compañeros, y las adultas pueden trabajar tranquilamente, pues están protegidas por unas 12 horas, sin tener que preocuparse por la ubicación de las letrinas, uno de los problemas de muchas comunidades.
Así que, la solución no está en proveerles toallas sanitarias o tampones, pues éstos están llenos de químicos o agentes blanqueadores, que tienen efectos negativos a la salud, como la posibilidad de contraer el síndrome de shock tóxico. La ventaja es que cada vez hay más donativos de copas menstruales, junto con la educación básica para su uso. Estos programas les permiten a cientos de mujeres permanecer en clases, sobresalir académicamente y escalar varios peldaños en la obtención de sus sueños.