Para una mejor relación con una misma
Lo único que una tiene es a sí misma. Una se va conociendo durante toda su vida y, a veces, es más tarde que temprano que una aprende a entenderse y también a apreciarse.
Aunque sea difícil no compararse con otras personas, sobre todo ahora con el alcance que ofrecen los medios y las redes sociales, hay que saber que cada una tiene algo distinto para ofrecer. Estar consciente de lo que es una misma significa estar cómoda con los sentimientos propios y estar a cargo de ellos. Saber lo que una siente, quiere y, por lo tanto, cómo se relaciona (con los otros y con una misma). Es importante aceptarse y amarse. Y una de las mejores maneras de hacerlo es aprendiendo a tener una relación con una misma. A trabajar en ella y a mejorarla todo el tiempo.
No hay que olvidar poner nuestras necesidades en primer lugar, ni las cosas que podrían parecer simples. Dedicar una hora en el día, por lo menos, para hacer algo sólo para una misma; ya sea leer un libro o tomarse el tiempo para preparar una deliciosa comida. Tampoco hay que olvidar dormir y comer bien, tomar agua y hacer ejercicio. Las necesidades básicas se llaman “básicas” porque lo son.
Descansar (en general, pero también del mundo, de la rutina) es necesario. La soledad es importante. Aprender a meditar o únicamente a relajarse y concentrarse en el ahora, para dejar la negatividad de lado y poder llenarse de salud mental. También se debe dejar ir la necesidad de perfección. Es muy fácil ser nuestros propios enemigos. Ser perfeccionista puede interponerse en una buena relación con uno mismo. Nos impide ver y revisar nuestros éxitos personales y nos puede impedir sentirnos satisfechas con cómo nos vemos: no es posible tener una buena relación contigo misma si vas a estar criticando cada cosa que haces o eres. Se debe aprender a estar feliz y satisfecha con lo que nacimos y con lo que nos hemos vuelto. Esto quiere decir que está bien aceptar los fracasos, aprender de ellos y adoptarlos como parte de nosotros. Los fracasos pueden ser logros si aprendemos a verlos así.
Podría parecer que todo lo que nos rodea, la publicidad, las imágenes en revistas o fotografías en internet, está ahí para hacernos sentir inconformes con lo que somos, o mejor dicho, con lo que no somos. La verdad es que es más fácil amarse y aceptarse a una misma de lo que nos hicieron creer. Sólo hay que aprender a ver(se) y a concentrarse en lo que realmente importa.