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Sobre el flujo vaginal

Autor: pachale
23 de septiembre de 2016

Agreguemos uno más a la lista de tabúes sobre “asuntos femeninos”, y hablemos de él; ya que esa es la única manera de romperlo. Hablemos del flujo vaginal, y de por qué éste no debería avergonzarnos o ser un secreto.

Parece que, hace unas semanas, en twitter se jugaba con el hashtag #PantyChallenge, que consistía en tomarle una foto a tus calzones y demostrar lo limpios y libres de cualquier viscosidad o fluido en que éstos se encontraban.

Problema número uno: pensar que tener ropa interior sin manchas acuosas está bien.

Problema número dos: creer que aquellas manchas son desagradables y avergonzarse de ellas.

Son problemas porque estos retos e ideas nos llevan a creer que un cuerpo sano es desagradable. Porque, en realidad, el flujo vaginal es algo normal y la prueba de un cuerpo que funciona. Nadie debería avergonzarse por encontrar mucho o poco en sus calzones. Mucho menos por hablar de ello.

El flujo vaginal es sólo una mezcla de moco cervical y distintas secreciones vaginales. Lo “normal” varía dependiendo de cada mujer y de cada ciclo menstrual. Por lo general, te encontrarás con una secreción transparente, sin olor y sin textura. A veces aparecerá sólo un poco de este líquido; a veces, nada, y otras, mucho. Nada de qué preocuparse. La cantidad dependerá de muchos y distintos factores como los anticonceptivos que usas, tus hormonas, tu ciclo menstrual y ovulación.

Una secreción normal (“normal” es distinto para cada una de nosotras) es un signo de salud. Claro que, al ser un signo, debemos fijarnos siempre en éste y en sus cambios. Un cambio notable en la cantidad, textura, color y olor podría significar una infección. Y es cuando una debe ir a checarse con un doctor.

Más que avergonzarnos o callarlo como si fuera algo prohibido o desagradable, deberíamos agradecer la habilidad de nuestras vaginas de limpiarse y humectarse a sí mismas todo el tiempo. Agradezcamos cómo estas manchitas líquidas en nuestros calzones resultan ser una de las maneras en que podemos conocernos y saber cuándo hay algo que está o no bien en nuestros cuerpos.

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