Eliminación del IVA en productos de higiene menstrual
¿Te imaginas tener que pagar un impuesto por el simple hecho de menstruar? Suena bastante injusto, ¿verdad? Y, sin embargo… es una realidad aún en muchos países del mundo. Como en México que, hasta hace apenas unos días, los productos de higiene menstrual también estaban gravados con el Impuesto al Valor Agregado del 16%. Finalmente, y gracias a la movilización constante del colectivo Menstruación Digna, recién el 26 de octubre de 2021 se aprobó en el Senado la modificación fiscal que determinó la eliminación del impuesto a productos menstruales, tanto desechables como reutilizables, efectiva a partir del 1° de enero de 2022. Al disminuir el costo de toallas, tampones, esponjas, calzones y copas menstruales, esta medida busca garantizar una menstruación digna a todas las niñas, adolescentes y mujeres que menstrúan, sin importar su condición socioeconómica.
Sólo para darte una idea: según datos del Programa de Higiene Menstrual de la UNICEF, en México el 43% de las niñas y adolescentes en edad menstrual prefieren no acudir a clases cuando les está bajando, porque no disponen de los recursos para conseguir productos que les faciliten la vida en esos días. En mujeres adultas, este mismo fenómeno, conocido como pobreza menstrual, también dificulta la vida laboral y puede acarrear todo tipo de problemas de salud debido a medidas de higiene inadecuadas.
Por su lado, el Instituto Belisario Domínguez, órgano del Senado de la República encargado de realizar investigaciones estratégicas sobre el desarrollo nacional, elaboró un Cuaderno de Investigación titulado Menstruación Libre De Impuestos: Una Lucha Contra La Discriminación Tributaria. Los autores mencionan que, aunque exentar del IVA a los productos menstruales no va a garantizar que todas las personas de bajos ingresos puedan financiarse sus productos de higiene menstrual a la voz de ya, simbólicamente sí representa un avance en asuntos de paridad de género en el sistema fiscal y que eso puede traducirse tarde o temprano en reformas mucho más importantes. Esta medida, entonces, significa un modesto avance en cuestiones fiscales y legislativas, pero tiene un impacto valioso en el terreno de los derechos humanos, al contribuir a la lucha por la erradicación de la violencia estructural hacia las mujeres. La condición de menstruar no debería forzarnos a pagar costos adicionales, que sólo incrementan y perpetúan la disparidad económica entre hombres y mujeres.
En Angelcup, celebramos las iniciativas que, como esta, buscan mejorar las condiciones de vida de las mujeres. Queda aún mucho por hacer y la mejor forma en que sabemos poner nuestro granito de arena es seguir en el camino de la educación y la reapropiación de nuestros cuerpos, para alcanzar una menstruación digna y libre de prejuicios y de violencia.