Autocuidado y rituales personales durante la menstruación
¿Cómo transcurren tus días de menstruación?
Seguramente en tu entorno inmediato se considera normal llamarle a los días de menstruación, de manera socarrona, “esos días”.
Activa o pasivamente, tal vez hasta hemos contribuido en que “esos días” sean sinónimo en el imaginario colectivo de un conjunto de incomodidades que se “aguantan”, “alivian” o “solucionan” con una pastilla, o varias.
Sin embargo, de cada una depende que “esos días” tomen un sentido totalmente opuesto, brindándonos la gran oportunidad de llevar a cabo actividades de autocuidado que mejoren la relación que tenemos con nuestra menstruación y con nosotras mismas. Durante los días previos al sangrado, podemos observar una disminución en nuestra energía y un aumento en nuestra sensibilidad tanto física como emocional. Dichos síntomas representan una señal para estar listas y, de ser necesario, para ajustar ciertas actividades o preparar algo que sabemos que nos reconfortará. Vale la pena encontrar tiempo para generar actividades de autocuidado. Para algunas, ya la pura intención de darse el espacio y tiempo para sí mismas es un reto enorme ante un tren de vida bien lleno de ocupaciones y compromisos de trabajo y de familia. Sin embargo, nuestros gestos y rituales de autocuidado pueden incluir el poner a tanto a las personas más cercanas a nosotras para contar con su apoyo al tomarnos ese tiempo, o implicar ligeros cambios en la rutina tales como:
- Generar un ritual antes de dormir, como un té relajante o un baño caliente, y recostarse una hora más temprano.
- Permitirse despertar media hora más tarde y en lugar de manejar o tomar transporte público tomar un taxi seguro.
- Sustituir la rutina de ejercicio por un masaje o una visita al salón.
- Acudir a algún espacio de contención para la energía femenina como las Carpas Rojas o los Círculos de mujeres
En diferentes tradiciones alrededor del mundo, las mujeres han tenido diferentes formas de ejercitar el autocuidado, con actividades que van desde aislarse y hacer un retiro durante esos días para generar un espacio de meditación y reflexión; suspender un día de trabajo durante su periodo para realizar un ritual dedicado a las mujeres de su lineaje personal, a través de la ofrenda de sangre y el canto; y hasta rituales propios de recogimiento en casa, lejos del proceso de lo cotidiano y de los deberes del hogar como son cocinar, limpiar u ocuparse de los otros.
Estos gestos rituales de autocuidado propician una relación armoniosa con la menstruación y con nosotras mismas, además de que generan una consciencia del ciclo menstrual. Cultivar un espacio personal es una práctica sana para hacer contrapeso a nuestro atropellado ritmo de vida diaria, en que seguido nos ponemos disponibles en todo momento y que nos lleva a acumular cansancio al paso del tiempo.