¿Qué significa el color de tu sangre menstrual?
En mi nada tierna adolescencia punk, cuando aún usaba desechables para gestionar mi sangrado menstrual, lo último que se me antojaba era VERLO. Pero ya les he contado cómo, al sacar la copa cuando la usé por primera vez, mi compañero y yo nos deleitamos viendo el agua de la taza del baño teñirse como en cámara lenta de ese fluido denso color carmesí. Aún así, lo cierto es que seguí durante años sin prestarle mayor atención ni a la textura ni al color de mi sangrado.
Esto cambió cuando conocí a una fisioterapeuta especializada en la salud del piso pélvico. Tomé su taller de ejercicios hipopresivos y ahí caí en cuenta de que el último par de meses el sangrado que recogía mi copa en mi primer día era más bien marrón. ¿Te ha pasado? De hecho, yo ahí me enteré de que es muy común tener variaciones ligeras y que es importante observarlas. Aunque, en general, los problemas de salud son más propensos a afectar la regularidad y duración del periodo más que su aspecto, el flujo siempre nos habla del estado de salud de nuestro cuerpo en general y, más específicamente, de nuestra musculatura pélvica y uterina. Así que aquí te contamos qué indican las variaciones en el color de tu flujo.
FLUJO INTENSO, ROJO O MARRÓN
Una menstruación sana
El sangrado fresco es de un rojo vivo, escarlata o carmesí. En la copa se ve bastante oscuro, porque está concentrado, pero si lo disuelves en agua para luego echarlo a tus plantas o si lo untas en tu rostro como mascarilla nutritiva, ves su tonalidad brillante.
Si dejas pasar un tiempo y ese mismo flujo entra en contacto con el oxígeno, se oxida (suena lógico, ¿verdad?) y su color se torna más marrón. Eso es lo que pasa en las toallas, por ejemplo. El color y el olor resultan del proceso de oxidación. Con la copa, también se ve marrón cuando te sale poquito flujo y tardas un buen rato antes de sacarla, o cuando –como me pasaba a mí– el útero no terminó de expulsar todo el flujo al final del periodo y termina saliendo al inicio del periodo siguiente.
Estos residuos de sangrado marrón también pueden fugarse entre un periodo y otro, generalmente en torno a la ovulación, o inclusive al inicio de un embarazo, después de la fecundación.
Quistes y loquios
También puede ser marrón nuestro flujo si padecemos quistes o microquistes ováricos, una condición que a veces sucede por desajustes hormonales que pueden ser pasajeros. Debes consultar a tu experto de la salud para un diagnóstico si tienes dolores en los ovarios y van en aumento mes con mes, si tu ciclo se irregulariza, si sientes dolor durante la actividad sexual o con el movimiento de tus intestinos. Otro flujo que también es natural son los loquios, el fluido posterior al parto para expulsar el excedente interno que pueda quedar tras el desprendimiento de la placenta. Son una mezcla de tejido, líquido y mucosidades que llegan a durar hasta dos semanas después del parto, disminuyendo en cantidad e intensidad progresivamente hasta ser sólo una secreción blanca o amarilla.
OJO: los loquios no deben tratar de contenerse ni con la copa ni por ningún otro medio.
FLUJO MUY CLARO, ROSA O BLANCO
Un flujo ligero, regular y de color claro es normal en mujeres con un tratamiento anticonceptivo hormonal. Pero vale la pena consultar con tu experto de la salud para descartar algún padecimiento clínico si la secreción es abundante y fuera de tus días regulares de menstruación, o si se acompaña de resequedad vaginal. Podría tratarse de una simple pérdida normal de flujo escaso, al inicio o al final de tu sangrado o durante la ovulación, pero también podría ser indicador de un nivel de estrógenos deficiente, de anemia, de una infección por papiloma (VPH) o inclusive de un cáncer cervicouterino.
FLUJO NARANJA
Una secreción de color naranja podría ser sólo que la sangre se ha mezclado con un poco de flujo cervical, pero también podría estar relacionada con un desequilibrio en nuestra población de bacterias, como una vaginosis bacteriana, o con enfermedades de transmisión sexual, sobre todo si hay picazón, si te duele al hacer pipí o si el flujo tiene un olor fétido. Debes consultar a tu experto de la salud para una evaluación.
FLUJO MUY OSCURO, GRIS O NEGRO
También te recomendamos consultar con tu experto de la salud para descartar un padecimiento clínico, porque podrías haber sufrido un aborto espontáneo o tener una infección, sobre todo si hay picazón, dolor, irritación, hinchazón o fiebre. Si no fuera nada así, tal vez sólo estés reteniendo una cantidad importante de flujo entre un periodo y otro, si tu útero no lo está expulsando por completo.
¿QUÉ HACER SI EL ÚTERO NO ESTÁ EXPULSANDO EL FLUJO POR COMPLETO?
Lo ideal sería trabajar tu musculatura uterina para que tus contracciones sean eficaces y quedes siempre limpia y ligera entre ciclo y ciclo. Aprender y practicar ejercicios de gimnasia abdominal hipopresiva es una gran herramienta para tonificar la musculatura del suelo pélvico, disminuyendo la presión intraabdominal. También es placentero y de gran ayuda tener orgasmos durante tu sangrado, especialmente si te enfocas en que las contracciones y los espasmos sean tanto a nivel vaginal como más profundamente, a nivel uterino. Y, por supuesto, masajear antes, durante y hacia el final del sangrado los puntos reflejos del bajo vientre en el centro de la palma de las manos y del arco de los pies también favorece el trabajo de contracción de los músculos uterinos. Durante el masaje, puedes frotar en los puntos reflejos y en tu área abdominal algún aceitito o un estimulante para generar calorcito y activar la circulación sanguínea. Mi favorito personal es usar rebanadas de jengibre fresco.