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La falda como conexión con la tierra

Autor: Jaquie Bustamante
23 de abril de 2019

La falda es una prenda que actualmente en nuestra cultura solemos asociar con lo femenino, pero no siempre ha sido así. 

En otros tiempos y culturas, hombres y mujeres de todos los estratos sociales han portado faldas para cubrir su cuerpo.

A partir de la era cristina en occidente se dicta que la vestimenta de mujeres y hombres debe diferenciarse claramente y se hizo también una demarcación entre los roles de género y entre los ámbitos público y privado. La falda parecía más apropiada para el resguardo de la mujer en casa, mientras que el pantalón, por su versatilidad, se consideró que convenía mejor a la vida pública, masculina.

Sin embargo, en múltiples tradiciones ancestrales el uso de faldas y túnicas ha seguido asociado al ámbito ritual, por lo que inconscientemente se les atribuyen cualidades de favorecer conexiones sutiles.

El aspecto ceremonial de esta prenda despierta una cierta solemnidad. Grandes místicos consideran que el uso de la falda permite una conexión continua de los dos chakras inferiores con la tierra, lo cual permite el ascenso necesario de energía a las esferas espirituales para conectar los chakras superiores.

Esta apertura hacia la tierra establece una armonía en el cuerpo, al equilibrar las cargas eléctricas en el cuerpo y reducir los efectos de campos electrómagneticos nocivos. Algunos maestros espirituales dicen que les permite establecer en su cuerpo las condiciones de conductibilidad de energía necesarias para elevar su nivel de consciencia.

Christiane Northrup, autora de Cuerpo de mujer, sabiduría de mujer, habla de la energía centrípeta de la tierra, más propia de las mujeres, que sube por los pies penetrando nuestro cuerpo; y la distingue de la energía centrífuga, más propia de los hombres, que baja del cielo y entra en el cuerpo por la cabeza. La describe como una fuerza gravitacional magnética que se relaciona con cualidades de receptividad y por extensión con las capacidades de gestar, nutrir, brindar refugio y hospitalidad.

Un gran número de las mujeres que han elegido emprender un camino de trabajo personal usan falda a manera de  profundizar su conexión con la tierra y con las cualidades magnéticas de la energía femenina, abriéndose así a percibir el campo de resonancia de la consciencia del planeta, nutriendo su entorno y generando una influencia de armonía.

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