Para la higiene…
Según la publicidad, para mantener una buena higiene vaginal son necesarios mil productos. ¿Hay que usar un jabón o shampoo especial para balancear el pH de ahí abajo? Contrario a lo que los estereotipos culturales nos han enseñado, la vagina no es sucia. Hemos dejado ya bien establecido que es una parte que se limpia a sí misma.
En realidad no son necesarios los mil productos que nos venden los comerciales, estos son, de hecho, soluciones para un problema que ni siquiera existe. Un poco de jabón neutro y agua son más que suficientes. Claro que también hay que evitar ciertas cosas, como dejarnos puestos los pantalones del gimnasio después de haber hecho ejercicio.
Al bañarnos, hay que lavar suavemente el área exterior de la vagina; lavarla con rudeza puede volvernos susceptibles a infecciones. Y la mejor opción de jabón siempre será el jabón neutro, sin perfume. Después de bañarse, es importantísimo que la vagina se seque totalmente antes de vestirla. Secarse bien antes es una buena manera de evitar infecciones y bacterias. Por lo mismo, hay que cuidar las telas que usamos para cubrirnos. Hay algunas que, cerca de los genitales, pueden incrementar el calor y la humedad, lo que podría provocar infecciones.
Hay que evitar, a toda costa, los lavados o duchas vaginales. Estos dañan a las buenas bacterias que crecen adentro de nosotras y te vuelven propensa a infecciones o enfermedades de transmisión sexual. Jamás hay que hacerlo.
Muchas hemos escuchado que hacer pipí después de las relaciones sexuales puede ayudar a evitar una infección. Pero también hay que orinar antes de tener sexo. Al vaciar la vejiga expulsamos cualquier bacteria cercana a la entrada de la uretra que pudiera causar una infección en el tracto urinario. Y, lo último, pero no menos importante: practicar sexo con responsabilidad y cuidado. Todas sabemos lo que esto significa. Usar condón o mantener relaciones monógamas con una pareja libre de enfermedades o infecciones sexuales. No olvidemos tampoco limpiar nuestros juguetes, en caso de usarlos, después de haberlos usado.
No es necesario en realidad ir a la farmacia para cuidar nuestra intimidad. El único shampoo que necesitamos es el que usamos en nuestra cabeza. Para cuidar de nuestra vagina, lo único necesario es amor, atención, cuidado y tener en cuenta estas reglas.