¿Qué es la menstruación consciente?
Es un término que escuchamos cada vez con más frecuencia y que busca restituirnos la autoridad que como mujeres debemos ejercer sobre nuestro cuerpo, por medio del autoconocimiento. La menstruación consciente y soberana es una manera de incorporar en el día a día la propia sabiduría que surge desde el cuerpo a partir de observar y entender plenamente nuestro ciclo menstrual y los ritmos de las etapas de la vida. Con esta guía interna, ampliamos nuestra comprensión de los procesos fisiológicos, emocionales y espirituales que vivimos.
¿De qué va la menstruación consciente?
Hablamos de menstruación consciente cuando identificamos las particularidades anímicas, anatómicas y hormonales de cada fase de nuestro ciclo y, de manera personal e intuitiva, las honramos y les sacamos el mejor partido posible.
En general comprende la observación de:
- las cuatro fases del ciclo menstrual, con sus cualidades cognitivas y espirituales particulares;
- las propiedades emocionales y psíquicas que resultan de nuestros cambios hormonales y fisiológicos perfectamente cíclicos;
- la importancia del útero como centro físico y energético de la mujer;
- los componentes físicos y energéticos de la sangre menstrual; y
- la interconexión entre el medio ambiente, la sociedad y la higiene menstrual individual.
¿Y qué beneficios tiene?
La menstruación consciente nos ayuda a navegar la vida con una visión cíclica e integral y esto nos permite:
- conocer, reconocer y anticipar posibles procesos, acciones o reacciones de nuestra parte en función del momento o el día del ciclo en el que nos encontremos;
- reconciliarnos con nosotras mismas y con las voces internas que predominan en cada fase de nuestro ciclo menstrual;
- relacionarnos desde una mayor comprensión con las demás mujeres y la gente en general;
- generar estrategias muy precisas para cuidar y mantener nuestra salud;
- gestionar las cualidades propias de cada fase a nuestro favor y sacarles jugo en lo personal y en lo laboral, evitando la sobrecarga y optimizando la productividad;
- abordar nuestra salud sexual y reproductiva desde criterios amplios y saludables;
- generar espacios personales y comunitarios de autocuidado;
- y, a final de cuentas, movernos en el cotidiano con ligereza sin perder profundidad y viceversa.
Reconocernos, validarnos y aceptarnos plenamente a nosotras mismas en nuestra ciclicidad nos da herramientas poderosas para trascender nuestros patrones personales, familiares y sociales, honrando nuestra esencia y disfrutando nuestra autenticidad. En esta visión integral de nuestro universo, conectamos con el impacto de los arquetipos femeninos, con la sabiduría ancestral y con la fisiología de nuestros sistemas hormonal y nervioso.