Qué es el clítoris: Explorando un terreno desconocido

Hoy en día, se dice que todo orgasmo femenino -incluso aquel que resulta de la estimulación vaginal por penetración-, en realidad es siempre clitoridiano, pues son las contracciones de sus bulbos las que nos provocan ese instante que nos lleva a un estado de éxtasis.

Algo que todavía no te he contado es que mi estimulación genital inició a una edad que, según los estudios más recientes fue perfectamente normal, pero en mi mente (y en la de aquellas personas a quienes se los he contado) parecería muy precoz. No recuerdo cómo fue la primera vez que obtuve placer frotándome bocabajo contra mi colchón, pero entre los 7-8 años y los 14-15, provocarme orgasmos de esta manera fue relativamente familiar y regular para mí, aunque como nunca nadie me había hablado de sexualidad, los disfrutaba con cierta culpa.

A mis 16 caí en cuenta de que había sido objeto de abuso sexual durante mi infancia, y lo traigo a flote justo porque, para ese entonces, yo ya no me masturbaba, al contrario; había momentos en que cualquier roce en ciertas zonas de mi vulva me generaba dolor. En ocasiones, incluso el contacto con mi ropa interior me causaba irritación. Por aquellos años inicié mi primera relación formal, y aunque mi pareja era un verdadero manojo de hormonas, yo tardé al menos seis meses en autorizar cualquier tipo de intimidad sexual. Compartimos la cama con amor y pasión por once años, durante los cuales “nuestros orgasmos” sucedían con plenitud en el territorio de su cuerpo, quedando mis senos y mis genitales fuera de la ecuación; demasiado sensibles para permitir que los tocaran.