Las cuatro estaciones del ciclo menstrual
La menstruación no es más que la parte visible de un ciclo que dura entre 24 y 32 días (o más o menos, según la mujer). Y de ese ciclo vital, de ese ciclo de vida y fertilidad es del que vamos a hablar en este artículo. De las cuatro fases de ese ciclo y de las implicaciones físicas, emocionales y mentales que conllevan.
Ovulación: es el verano interior y se corresponde con los días previos y posteriores al momento en el que la mujer ovula. Es el único momento en el que la mujer es realmente fértil, en el que podría quedarse embarazada. Por eso es una fase llena de energía y vitalidad, en la que nos sentimos alegres, activas y perfectas.
Premenstruación: es el otoño interior y se corresponde con los días previos a la menstruación y posteriores a la fase de la ovulación. Es una fase de preparación a la menstruación en la que las sombras van saliendo poco a poco a la luz, en la que nos liberamos, vemos las cosas desde una cierta distancia y valoramos qué queremos eliminar o añadir a nuestras vidas.
Menstruación: es el invierno interior y se corresponde con los días en los que menstruamos. Es la fase oscura por excelencia, la fase del silencio, de la introspección, de la soledad. Queremos estar solas, el cuerpo nos lo pide. Queremos estar tranquilas y la interacción con el exterior, con los otros, incluso llega a molestarnos. Es la fase del victimismo, del sentirse incomprendidas, del agotamiento.
Preovulación: es la primavera interior y se corresponde con los días posteriores a la menstruación y anteriores a la fase de la ovulación. Es una fase de transición entre la menstruación (oscuridad, invierno) y la ovulación (luz, verano). Por eso, es la fase idónea para iniciar cosas que se materializarán durante la siguiente fase (ovulación) y se corregirán durante la fase de la premenstruación.